Listas.

Acabo de escribir una lista de todos los libros que leeré este mes.
1 mes. 14 libros.

Necesito una pluma nueva, la mía está ya demasiado usada. Demasiado mordida por la parte superior.

He estado leyendo un libro de Umberto Eco muy interesante...
Sobre la escritura y la literatura.

He decidido leer todas las veces que pueda en inglés y en francés.

Estoy teniendo un día lector.
Devorador de libros.

Y me he dormido en el 19, he dado la vuelta entera...
He estado leyendo en el Retiro hasta que me ha entrado frío.

He subrayado las páginas de Las cuitas del joven Werther porque sus frases, sus máximas emotivas, son para guardar.

Ya copiaré alguna sentencia,
de esas que llevan a la pasión.

Y he decidido que después me terminaré On Chesil Beach, Esperando a Godot, Pedro Páramo y Memorias de una joven formal.

Y me quedan tantos, tantísimos libros.
Y bastantes trabajos por hacer.
Pero hoy tengo ganas y fuerzas para todo ello.

Ayer fue un día muy especial, desde las 8 de la mañana hasta las 3 de la madrugada,
desde el autobús con Elena y Ricardo, hasta la adrenalina del Salto del Ángel, desde el partido de fútbol, hasta el helado en Segovia, desde un taxi a las 10 de la noche y hasta discutir sobre literatura a las 3 de la madrugada.

Del sexo a la discusión, del lloro a la alegría, de la libertad a la atadura, de los abrazos a las carcajadas...
Y sobretodo, el cansancio.
Un cansancio físico que se adueñaba de mi,
pero sólo físico.
Una mente despierta.
Eso es el sabor a verano que veía Elena al final del día.
No era el ambiente, no era la temperatura.
Era esa sensación de haber estado todo el día intelectualmente libre, y descansado.
De haberte pasado la mañana esforzándote fisicamente.
Me gusta el deporte en la naturaleza.
Y ayer fue un día muy especial.