domingo, 7 de marzo de 2010

Action is character.

Muchas veces hablamos sobre la realidad del poliamor, de la bisexualidad...
Ha pasado tiempo de esas discusiones,
de esos intentos de probar nuestra libertad individual.
Evidentemente,
pienso que hubo excesos,
pienso que hubo faltas...
¿Y ahora qué pienso?
Opino que nada de eso importa,
que no hay reglas o límites que haya que romper o no,
que cada pareja y cada persona es un mundo...
Más bien, que cada momento es un mundo.
Que lo que hoy es ético, mañana no.
Que lo que hoy nos hace felices, mañana nos destroza por dentro.
Y que por tanto, jamás podremos generalizar.
Jamás podremos decir "esto es lo correcto" o "esto es lo mejor".
Podrás suponer que algo está de la manera que más feliz te hace, o os hace...
Pero nunca podrás saber nada con seguridad.
El conocimiento absoluto no existe.
La certeza absoluta no existe.
Pero las cosas que hacemos porque queremos, son aquellas de las que no nos arrepentimos.
O así debería ser.
Realmente,
no me arrepiento de nada, de nada de lo que he hecho en mi vida.
De las irresponsabilidades, de las mentiras incluso, de las amistades rotas, de las peores situaciones...Ni de esas me arrepiento, porque todas las he hecho porque en el momento lo quise.

¿Hasta qué punto rebelarse contra algo no es otra obligación, otro papel al que nos sometemos?
Creo que el límite está en tu propia felicidad.
Y soy feliz, eso creo.