martes, 23 de marzo de 2010

¿Alguna vez...

...ha sentido ganas de hablar a un desconocido?
...ha entrado a una panadería para comprarle una palmera a un mendigo?
...ha faltado a clases extraescolares para conocer su ciudad?
y para entrar a la casa del libro a leer a Borges?
...ha ido a la compra y vuelto mientras se le clavaban las bolsas en las manos?
...ha decidido sonreir a todo el mundo con el que se cruzaba?
...ha saludado al conductor del autobús con un alegre "¡buenos días"?
...se ha propuesto comer más sano?
...y comer muchas zanahorias antes del verano para ponerse morena de manera natural?
...se ha sentido en paz, feliz, y cansado?

Si la respuesta no es afirmativa a ninguna pregunta,
no se preocupe,
invéntese las suyas.
Si no se ve capaz de inventarse unas propias...
Entonces pruebe mañana a levantarse y mirarse al espejo sonriendo.
Entonces diga:
HOY ES MI DÍA.
Por la noche inventese una lista de esas pequeñas cosas que le hacen querer levantarse otra vez.

Una última pregunta,
¿Alguna vez ha escrito una carta de amor?
Si no es así, se la recomiendo.
Puede ser como usted desee, más cercana, más lejana, tuteando, tratando de usted,
con el corazón, con el cerebro, impulsiva, racional, sexual, sentimental, puede estar a pluma, puede estar a mina...
Pero escríbala.
Yo he escrito la mía a pluma.
Y me ha sentado bien hacerlo.
Me pregunto, si...
Aunque la impaciencia te reconcomiera por dentro,
no deberíamos volver al "envía una carta con paloma mensajera, o si te lo puedes permitir, mensajero", al pergamino y la pluma de ave...
Si deberíamos dejarnos de tanto skype y tanto tuenti...
¿Somos más felices ahora? ¿Somos más libres? ¿Tenemos más oportunidades?
O más bien al contrario, nos hemos vuelto tan dependientes de una tecnología, de unos medios...que ya no podríamos ser felices sin ellos?
Ah! Difícil pregunta, sí.
No soy capaz de saber cual es la respuesta.

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