miércoles, 10 de febrero de 2010

Bohemian Rhapsody.

Hubo un día en verano que pase sola.
Mis padres y mis abuelos se habían ido a Bilbao,
y tenía todo el día para mi.
Para dedicarlo a pasear, a pensar...
Decidi bajar al pueblo, a Castro Urdiales,
comencé a andar,
me compré un periódico y un helado y me senté a leer frente a la playa.
Llevaba en mi mochila de Mafalda un libro, el móvil, los cascos y el bikini.
Entre a ponerme el bikini al baño de la heladeria
y luego seguí con mi paseo.
Llegue a la arena, y decidí ponerme música.
Sonaba Bohemian Rhapsody.
Me quité los pantalones,
y me acerqué al agua.
Tenía que tener cuidado para que no se mojara la camiseta ni el móvil.
Pero me divertía, escuchaba Bohemian Rhapsody...
Y las olas chocaban con mis piernas desnudas.
Salí del agua y me sente en una roca.
No era un día soleado,
recuerdo el cielo, gris, nublado.
Precioso.
Me senté, y sintiendo el frío, comencé a escribir, la canción había terminado, pero...
Pero yo ya había alcanzado ese momento de climax,
ese momento en el que te das cuenta de que "nothing really matters"...
Pensé que cuando volviera, copiaría en el blog lo que había escrito.
Evidentemente, perdí la hoja.

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